Contulmo, Jueves 15 de Septiembre de 2016 a las 9:36

Productores de frutilla blanca de Nahuelbuta aprendieron de mano de INIA sobre prevención de enfermedades

Las capacitaciones permanentes y temáticas se suman al exitoso crecimiento de las más de dos mil plantas in vitro de frutilla blanca cultivadas en la Contulmo y Purén que buscan rescatar este fruto con glorioso pasado.

Las capacitaciones con la base fundamental para que los productores de frutilla blanca de las localidades de Contulmo y Purén puedan rescatar éste fruto que ha disminuido drásticamente su superficie de cultivo. Capacitaciones periódicas que promueven un cambio positivo y sostenible de sus manejos productivos. “Hoy nos tocó hablar sobre enfermedades, para eso participó Andrés France especialista en el área, y luego, salimos a reconocerlas en el campo. Lo mejor es que pudimos conversar sobre cómo evitar las enfermedades más que estarlas controlando una vez que aparezcan”, resumió la investigadora de INIA Quilamapu Cecilia Céspedes quien también es ingeniero agrónomo del CTTE Arauco Sustentable. Destacó además que compartieron vivencias sobre enfermedades específicas de la zona de Nahuelbuta y que ayudan a comprender mejor los organismos que afectan, en este caso a la frutilla blanca.

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El investigador en fitopatología del Instituto de Investigaciones Agropecuarias en la región del Biobío señaló que hay algunas enfermedades que se presentan año a año como la botrytis, polvillo, viruela o manchas foliares, pero las más importantes son las que afectan las raíces. “Se conoce como la phytophthora o pudrición de raíces, termina con las plantaciones o les baja lentamente el rendimiento a cero, siendo este efecto la principal causa de abandono del cultivo que es un doble pecado, porque la enfermedad se multiplica en el suelo que queda lleno de inoculo para un futura plantación que se quiera hacer”, explicó Andrés France quien agregó que las enfermedades de las raíces son siempre las más difícil de combatir por lo tanto la prevención cobra aún mayor importancia.

Lo ideal entonces es partir con una planta sana. Como los más de dos mil ejemplares in vitro que se desarrollaron en los laboratorios de INIA Quilamapu y que desde hace cuatro meses se cultivan en la zona cordillerana limítrofe entre la octava y novena región específicamente en Manzanal Bajo y Pichihuillinco. Cabe señalar que este proyecto cuenta con el cofinanciamiento de la Fundación para la Innovación Agraria FIA, además de los municipios de Contulmo y Purén, que se aunaron con la misión de rescatar y revalorizar este pálido fruto que ha perdido terreno en las últimas décadas.

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