Profesa el catolicismo, pero le interesa que los niños y jóvenes de su comuna accedan a las clases de religión que más los identifiquen. Se trata del alcalde de Cañete, Jorge Radonich, quien no dudó en hacer un concurso público para elegir a docentes que impartan ambas creencias. “Tiene un efecto postivo”, asegura.

Por segundo año consecutivo, el municipio de Cañete decidió ofrecer a sus alumnos dos opciones para las clases de religión. Para ello los apoderados deben manifestar su preferencia al momento de la matrícula. “Ha sido una experiencia muy buena, hay muchos valores que la religión trata y que en alguna medida colabora a que haya un mejor comportamiento, más respeto”, señala el edil a TERRA.cl.

Radonich asevera que el credo evangélico es predominante en Cañete, por lo que existe una alta demanda. “No hay cupos vacíos, si los niños no optan por la clase de religión, tendrían que buscar otra actividad en la misma hora, pero en este caso no se está dando”, afirmó.

Para el edil se trata de un desafío, que incluso se ha aplicado por tercer año consecutivo en el Liceo Alonso de Ercilla, aunque los planes están dirigidos para estudiantes de enseñanza básica y media.

“De común acuerdo, conversamos con la Unión Comunal de Iglesias Evangélicas y con el cura párroco, y acordamos que debían ser dos tipos de religiones, la católica y evangélica”, precisó. Indicando que cada religión cuenta con organismos definidos para validar el título a los docentes.

¿QUÉ DICE LA LEY?

De acuerdo a un decreto de 1983, “las clases de religión deberán ofrecerse en todos los establecimientos educacionales del país, con carácter de optativas para el alumno y la familia”. Precisa que deben ser incluidos en los planes de estudio de la educación pre básica, básica y media, y ser evaluada mediante conceptos. Agrega que podrá impartirse cualquier credo, siempre que no atente contra “la moral, las buenas costumbres y el orden público”.

Mientras que en 1997, el ministerio de educación aprobó el plan de religión propuesto por las Iglesias y Corporaciones Evangélicas de Chile. Sin embargo, existe además la ley de libertad de culto, que debe aplicarse en todos los colegios del país.

Pese a esta normativa, el alcalde de Cañete, Jorge Radonich, asegura no conocer experiencia similar a la de su municipio. “No todos cumplen con la ley. Creo que los apoderados tienen el derecho a exigirnos cumplir con lo que dice la norma. La norme dice que uno tienen que impartir clases de religión voluntarias”, indicó el edil.

En su opinión, muchos municipios sólo imparten clases de religión genéricas, ya que –según dijo -existe una figura jurídica que les permite no hacer la diferenciación de credo.

“Puede que los alcaldes tengan una mirada distinta, yo soy profesor, por lo que tengo claro que hay varios tipos de religiones y miradas distintas. El católico con el evangélico tienen una tremenda diferencia. Los apoderados insisten en que quieren la religión que ellos profesan”, finalizó Radonich.

Fuente: Terra Chile