El Arzobispado de Santiago informó ayer que un sacerdote de la Congregación de los Misioneros de San Francisco de Sales fue declarado culpable del delito de abusos sexuales a dos menores de edad y de abuso de ministerio, tras una investigación iniciada en mayo del año pasado.
A través de un comunicado oficial, el arzobispado da cuenta que el sacerdote Héctor Valdés Valdés fue condenado “a la pena perpetua de dimisión del estado clerical y de dimisión del instituto religioso al que pertenece”.
Valdés, en definitiva, quedó removido de por vida del ejercicio del ministerio sacerdotal y de la vida religiosa.
La investigación administrativa penal fue decretada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y le fue encargada al propio Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati.
Por ahora, la Conferencia Episcopal de Chile, no ha precisado mayores antecedentes respecto a la fecha en que se cometieron los abusos y el nexo que habÃa entre el prelado y los menores de edad afectados. Sin embargo, perfectamente se podrÃan tratar de los dos casos de abuso sexuales denunciados en Lebu hace más de diez años.
Héctor Valdés Valdés sirvió por cerca de 5 años como Cura Párroco en la capital de la Provincia de Arauco. En el 2002 fue vinculado con el suicidio del menor Cristián Rocha (13) , ocurrido el 22 de Julio de ese mismo año cuando este se desempañaba como acólito.
Se rumoreó que el ex sacerdote habrÃa abusado sexualmente del menor y que su radical decisión estaba relacionada a ese hecho. Unas supuestas declaraciones de “Roberto”, un deficiente mental de Lebu que dijo haber sido violado por el padre Valdés, dio pie a las acusaciones. Tras ser investigado, el Juez del Crimen Guillermo Vera (justicia antigua), decidió absolver a Valdés de todos los cargos. Este mismo magistrado fue removido del poder judicial a principios del 2012 por calificación deficiente.
En octubre del 2002, un grupo de acólitos, acompañado de sus padres viajaron a Concepción para rechazar las acusaciones contra el ex párroco de Lebu. Los acólitos Jorge Aedo (16) y Rodrigo Fuentes (15), en ese año declararon lo siguiente, “el padre no se merece lo que están diciendo. “Rochita” era el mejor de todos y querÃa ser sacerdote. No entendemos por qué se fue y tampoco por qué hablan tantas brutalidades del padre, de quien nunca recibimos un mal ejemplo”.
Si la reciente condena eclesiástica tiene que ver con estos dos casos, la fiscalÃa de Lebu podrÃa solicitar a la iglesia los antecedentes para iniciar una nueva investigación.