Martes 17 de Septiembre de 2013 a las 1:07

Masivos funerales de trabajadores muertos por descarga eléctrica en Cañete

Cientos de cañetinos acompañaron los funerales de los dos trabajadores que murieron electrocutados el pasado sábado cuando pretendían instalar el mástil de una bandera en la intersección de la ruta longitudinal con prolongación de calle Esmeralda.  Los restos de Ricardo Sánchez (30) fueron sepultados al mediodía, y los de Héctor Matamala (53) en horas de la tarde de ayer lunes.

En la Iglesia del Ejército Evangélico de Chile de la Población Sargento Aguayo se realizó el responso ecuménico de Ricardo Sánchez Flores (30).  Más de 500 pesonas acompañaron a la familia de este joven cañetino que falleció este fatídico episodio que tiene enlutada a la ciudad histórica, más aún, cuando este trabajador colaboraba para embellecer la comuna con banderas chilenas.

“Es un momento muy doloroso, y por eso, estamos acompañando a sus familiares.  Desde el primer minuto hemos estado a su lado y no los vamos a dejar sólos”, indicó con mucho pesar el alcalde Abraham Silva.  Asimismo el edil reiteró que ya se inició el sumario interno que busca determinar responsabilidades en este trágico accidente que dejó dos fallecidos y tres lesionados.

Pasadas las cuatro de la tarde se realizó el funeral de la segunda víctima fatal.  Cientos de vecinos, amigos, colegas de trabajo y familiares brindaron el último adiós a Héctor Matamala Villa (53).  Esta persona llevaba más de 18 años laborando en los Servicios Generales de la comuna, y hoy, deja a su mujer y dos hijas.  “Nos quedamos con el mejor recuerdo de un hombre responsable y trabajador y que murió cumpliendo sus labores”, manifestó su hija Pamela.

En ambas exequias se vio a uno de los sobrevientes de esta tragedia.  Se trata de Juan Alacid, trabajador que resultó lesionado a causa de la descarga eléctrica y que ya fue dado de alta y se recupera satisfactoriamente.  “Es un milagro estar con vida, por tanto, agradezco a Dios por esta nueva oportunidad.  Lamento profundamente la partida de mis colegas (…) estábamos con todos los implementos como guantes y zapatos apropiados, pero no sirvieron de nada.  Nadie se percató de la presencia de los cables”, dijo con algo de impotencia.