Cuatro días semi sumergida en las frías aguas del río Tucapel de Cañete permaneció una perrita aullando por ayuda sin que nadie la escuchara o tomara en cuenta hasta que este mediodía vecinos del sector se apiadaron y llamaron a bomberos para rescatarla.

Un buzo del  Grupo Especializado de Rescate Subacuático (GERSA) debió nadar hasta el animal que se encontraba  en la rivera opuesta del río, enredado entre matorrales al final de una pendiente de varios metros de altura a un costado del conocido “puente fierro”, sector Barrio Estación de la ciudad histórica. Una vez que el voluntario Luís Henríquez hizo contacto con la perrita la inmovilizó y trasladó a tierra firme, rápidamente ella buscó abrigo debajo de una casa.

“El animal llevaba como cuatro días con la mitad de su cuerpo en el agua, estaba en pésimas condiciones, con un evidente estado de desnutrición y de hipotermia, ahora se lo dejamos a la comunidad para que se haga cargo de ella”, informó el bombero Claudio Pérez Medel.

Si bien nadie vio cómo la perrita, hasta ahora sin dueño y sin nombre, llegó hasta allí, los vecinos creen que alguien la lanzó del puente con la clara intención de deshacerse de ella. “Mucha gente viene a matar perros al río, hace poco desde una camioneta grande lanzaron una bolsa de basura con varios perritos, se escuchaba como ladraban, de seguro murieron ahogados”, relató una vecina.

El buzo que la rescató, no conforme con eso, buscó un pedazo de pan y la alimentó. Como supondrán, la hambrienta víctima se lo devoró en milésimas de segundos y luego se marchó feliz con destino desconocido.

Por último, cada uno de los bomberos que participaron del rescate canino reflejaban en sus rostros la alegría de un final feliz y la satisfacción de nuevamente haber cumplido.