Miércoles 29 de Agosto de 2012 a las 12:04

El único hipnotizador de caballos de Chile está en Arauco

Víctor Vega logra con una habilidad innata tumbar a los equinos y así domar manadas enteras con la técnica llamada control circular del caballo. El domador se dedica a tiempo completo a estos animales y dejó atrás una vida dedicada a los negocios.

 

A los cuatro años Víctor Vega (63), vecino de Arauco, montó por primera vez un caballo y nunca más se separó de ellos. Desde entonces, estar con los equinos se transformó en la pasión de su vida, especialmente a través del rodeo.

Sin embargo, con el tiempo se interesó en la comunicación con estos animales y poco a poco consiguió domarlos, mediante la técnica del Control Circular del Caballo.

De esta forma, este huaso araucano se convirtió en el único hombre en Chile en tener el secreto para hipnotizar a los caballos.

El domador, ubicado a un costado de la playa de Arauco, busca darles a sus animales una vida cercana a cómo vivirían salvajemente y en manadas.

Además, desea compartir con todas personas que sea posible, las técnicas que ha cosechado con el tiempo para encantar a estos equinos. “Quiero traspasar la información sobre cómo hay que comunicarse con el animal usando la técnica que yo llamé el Control Circular del Caballo. Todas las actividades las realizamos haciendo esa figura y con ello logro el liderazgo que necesito. Por eso es que me obedecen en todo lo que les pido”, señaló el hipnotizador.

Según Vega, las técnicas que ejecuta no las ha visto en otra persona en el país, señalando que “he visto a algunas personas botar los caballos, pero son animales amaestrados. Yo creo que lo que importa es ser capaz de dejar en el suelo a uno que no te conoce y que te obedezca desde el principio”.

El conocido araucano, además adelantó algunos secretos de sus técnicas. “La hipnosis consiste en enfrentarse al caballo y mostrarle tu liderazgo. Luego le pides que se acueste. Todo eso se logra a través del relajo del animal y, cuando finalmente está en el suelo, el trabajo continúa. Hay que acariciarlo y rascar sus puntos nerviosos. Las partes fundamentales que hay que manosear para que se afloje en plenitud, son el hocico, su jeta y el inicio de la cola. Cuando está así, patas para arriba, el animal queda en un estado de descolocación total y de ahí para adelante, hará lo que le pidas”, sentenció.

Sobre cómo se empapó del mundo de los caballos, Vega contó que “fue mi familia paterna la que me acercó a este mundo. Mi abuelo era dueño de una feria agrícola, por lo que me crié de cerca con muchos animales. Pero de todos, el que más me marcó fue el caballo, uno de los seres más importantes en mi vida”.

 

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